viernes, 23 de noviembre de 2007

Constructor arregla su habitación del hospital por su propia cuenta

Como dijo que iba a estar un tiempo ingresado y que quería estar a gusto, llamó a los pintores de su empresa para que acudieran a dar un repaso a la habitación.

Su cuadrilla se presentó en la planta con sus monos de trabajo, sus botes de pintura e, incluso, hasta la escalera. Y comenzaron la faena. El empresario, mientras tanto, se encontraba fuera de la habitación, paseando por el pasillo o sentado en la sala de espera.

Después de veinte minutos, cuando los pintores finalizaron las labores que le había encomendado, regresó a su habitación. Su paredes presentaban un color blanco impoluto. «Ahora sí», dijo.

Artículo brillante de el comercio digital

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